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Lituania se adelanta al futuro: Los primeros robots de entrega sin conductor en Europa

En un notable avance para la automatización, Lituania ha lanzado la primera flota de robots de entrega autónomos en las calles públicas de Europa.

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Señal de The Next Web

Desarrollados por la startup estonia Clevon y en colaboración con la plataforma de entregas lituana LastMile, estos robots ya están llevando comestibles directamente a las puertas de los clientes en Vilna, la capital del país. Este hito refleja un avance significativo en la logística urbana, priorizando la eficiencia y la sostenibilidad en un entorno real. Pero, ¿qué implica este avance para el futuro de las ciudades y el empleo?

Los robots están diseñados para realizar entregas rápidas y seguras en áreas urbanas concurridas, una tarea que anteriormente habría sido impensable sin la intervención humana directa. Estos vehículos autónomos no solo son eléctricos y cuentan con cámaras de 360 grados y radares para navegar por las calles, sino que también son monitoreados en tiempo real por operadores remotos. La velocidad máxima de estos robots es de 25 km/h, asegurando un tránsito seguro en las calles.

El sistema de entrega es sencillo: los robots recogen los productos en un supermercado IKI y los llevan hasta la puerta del cliente, quien recibe un mensaje de texto con la hora estimada de llegada y un código para desbloquear el compartimento del robot. Además, la entrega es gratuita, lo que añade un valor significativo para los usuarios.

Este proyecto no es solo una muestra de la tecnología, sino un testimonio de su viabilidad. Tras una exitosa prueba piloto en un suburbio de Vilna, donde los robots recorrieron 2.000 km en condiciones difíciles, incluidos la lluvia, la nieve y caminos sin pavimentar, los resultados fueron claros: los consumidores valoraron el servicio con una puntuación media de 4.8 sobre 5, lo que demuestra su aceptación y entusiasmo por este tipo de innovación.

Más allá de Lituania, la empresa Clevon ya está expandiendo sus operaciones a otros países de Europa, así como a Estados Unidos y Oriente Medio. Esto sugiere que la adopción de robots de entrega autónomos en espacios públicos podría convertirse en una tendencia global, impulsando a otras ciudades a seguir el ejemplo de Vilna.

Sin embargo, este avance también plantea preguntas importantes sobre el futuro del trabajo y la urbanización. ¿Cómo afectará la creciente automatización a los empleos tradicionales de entrega? ¿Cómo adaptarán las ciudades sus infraestructuras para integrar estas nuevas tecnologías? Aunque es temprano para tener respuestas definitivas, está claro que estamos presenciando el comienzo de una transformación radical en la forma en que se gestionan las entregas urbanas.

La llegada de estos robots a las calles de Vilna marca un momento crucial en la historia de la tecnología y la logística. A medida que más ciudades observen este experimento con atención, el éxito de este proyecto podría definir el futuro de las entregas urbanas en todo el mundo.

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